Si tenemos en cuenta el significado de artesanía como el “arte y técnica de fabricar o elaborar objetos o productos a mano, con aparatos sencillos y de manera tradicional”, estamos hablando de conceptos muy diferentes a los objetos hechos en serie, como se hace en fábricas, utilizando máquinas y procesos automatizados. Así que hablar ahora de las guitarras puramente artesanas es entrar en otro mundo. No es ni mejor ni peor, es diferente, están dirigidas a un público diferente.
Las guitarras artesanales son guitarras que, de principio a fin, están hechas a mano, una por una; bueno, nuestra manera tradicional de construir es haciendo tareas de cuatro guitarras cada vez. Esto se debe a que, en muchas de las operaciones, una vez que hemos terminado de encolar la última, podemos tomar la primera que ya estará seca, y así vamos completando el ciclo. Por supuesto hay operaciones que necesitan un día entero para su secado, pero es solo en algunos de los pasos de la construcción.
¿Cómo trabajamos las guitarras artesanas en Guitarras Ramírez?
Hay un mimo y un cuidado especial que ponemos al trabajar con cada guitarra, incluso en algo tan aparentemente simple como un lijado.
Cuando empecé a construir guitarras artesanas, mi padre me decía que tenía que lijar las maderas hasta que olieran a ajo. Y yo lijaba y lijaba, pero aquello nunca olía a ajo, naturalmente (lo que es la inocencia de la juventud).
Finalmente entendí que había que lijar hasta el punto en que una mosca pudiera patinar sobre esa madera. Que es otra forma de decir que había que lijar hasta lo imposible. Por dentro y por fuera.
Lo cierto es que en cada paso de la construcción de cada una de nuestras guitarras artesanas nos recreamos. A veces, cuando estamos trabajando y surge por ejemplo un nudo en la madera que antes del acuchillado no se veía, desechamos esa madera y volvemos a empezar, aunque sobre esto de desechar maderas hay mucho que hablar, y pienso dedicar un capítulo a este tema, que lo merece.
En cualquier caso, lo que quiero reflejar aquí es que no damos por bueno nada que no lo sea realmente, y si tenemos que volver a empezar o a repetir una operación desde el principio, lo hacemos. Afortunadamente, es muy raro que algo así suceda cuando el proceso es tan cuidadoso y preciso.
Los tipos de guitarras artesanas Ramírez
Por lo que sé, tanto mi bisabuelo José Ramírez I, como su hermano pequeño Manuel Ramírez, y como mi abuelo, José Ramírez II, tenían varios tipos de guitarras artesanas, hechas en sus talleres, de diferentes calidades, tanto en la selección de maderas como en su construcción, yendo de las más sencillas a las más ornamentadas. Las guitarras de hechura más sencilla con materiales de calidades inferiores eran las que podríamos considerar como guitarras de estudio, pero de alto nivel como tales, superiores a las hechas en fábricas que vendían en sus establecimientos.
En el taller de mi padre, José Ramírez III, se hacían las guitarras de 1ª, las que se conocen como las 1A. Y también se hicieron guitarras de 2ª, cuya construcción, no obstante, era la misma que las de 1ª, pero que o bien habían sido construidas por oficiales en formación, aunque reunían todos los requisitos exigidos por mi padre en cuanto a calidad, o bien habían sido construidas por oficiales de primera con maderas cuyo aspecto era soso o poco agraciado, pero seguían siendo de primera calidad, aunque se etiquetaran como de segunda.
¿Cuánto tiempo lleva construir una guitarra artesana Ramírez?
En cuanto al tiempo que lleva construir una de nuestras guitarras artesanas, desde la preparación de material, pasando por el montaje, el barnizado y el ajuste final de cada tarea de 4 guitarras, tardamos unos 4 meses en terminarla.
Todo esto repercute en su sonido, por eso siempre digo que las guitarras tienen alma, un poco de la nuestra que les transmitimos, y un poco de ellas mismas que también se la proporcionan las maderas, ese material vivo que les da estructura, y un poco de magia también.
Y así, cada una tiene su propia personalidad, sus propias características sonoras, sus colores, su timbre, aunque sus hermanas hayan sido construidas a la vez y con los mismos materiales. Claro que cada taller también tiene su propia alma, es decir, que hay un fondo común a todas las guitarras en él construidas. Así, nuestras guitarras tienen, por ejemplo, un timbre característico, aunque el sonido de cada una sea diferente, más dulce, más oscura, más brillante… pero con el mismo timbre.
Los guitarristas profesionales, así como muchos aficionados que lo que quieren es la calidad en el sonido y en la construcción, buscan entre las guitarras artesanas las que más se adecuan a su forma de tocar, a su pulsación y a sus gustos. Y esto es muy importante, pues será su compañera de camino en la que el guitarrista imprimirá su forma de sentir la música, su pulsación, su ataque, su sentido del color, y así el alma de la guitarra se enriquece con el músico que la escoge.
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Artículo escrito por Amalia Ramírez