Hace muchos años, tuve un extraño sueño en el que, para resumir, la hija de Rank Xerox tenía que hacerse cargo de ciertos asuntos relacionados con su padre. Desde luego, en aquel momento, no se me ocurrió que lo de la marca comercial de una fotocopiadora pudiera estar relacionado con la repetición de un nombre comercial de guitarreros, ni que se tratara de un sueño premonitorio, pues pocos años después me uní a mi hermano en la dirección y reestructuración de nuestra guitarrería.
La verdad es que siempre me ha hecho gracia eso de referirme a mis antepasados como si fueran reyes: José Ramírez I, José Ramírez II, José Ramírez III, José Ramírez IV… y de repente llego yo rompiendo la secuencia de Josés introduciendo una Amalia, y es más, llegan mis sobrinos, Cristina y José Enrique, y la cosa aún se complica más si consideramos a Manuel Ramírez, el hermano pequeño de mi bisabuelo José, como el número II.
¿Qué hacemos entonces? Se me ocurre que, para facilitar las cosas, podíamos dejar solo el apellido, poniendo el nombre propio a continuación entre paréntesis, así seríamos:
- Ramírez I (José).
- Ramírez II (Manuel, sin precedentes).
- Ramírez III (José, el 2º de antes en la secuencia de Josés).
- Ramírez IV (José, el 3º de antes, en la secuencia de Josés).
- Ramírez V (José, el 4º de antes, en la secuencia de Josés).
- Ramírez VI (Amalia, yo misma y sin precedentes).
- Ramírez VII (Cristina, sin precedentes).
- Ramírez VIII (José, el 5º de antes, en la secuencia de Josés).
De este modo distinguimos no solo los de género masculino de los de género femenino, sino también los de distinto nombre a José. Así también le evitamos a mi sobrino (José) Enrique el dilema en el que está sumido entre llamarse José Enrique, para seguir por la misma línea de Josés, o simplemente llamarse Enrique que, al fin y al cabo, es como le llamamos todos.
Y aunque Cristina y Enrique representan la 5ª generación, al igual que José Ramírez I y su hermano Manuel fueron la 1ª, mi hermano y yo la 4ª, en total somos 8 miembros de una línea de transmisión directa de una tradición guitarrera.
Bueno, es una propuesta que creo que podemos tener en cuenta y que puede que cale.
En cualquier caso, volviendo a lo de tener que ponernos un número detrás, como si fuéramos reyes, no deja de ser divertido, pero de alguna manera habría que distinguir a cada miembro de 4 generaciones de sujetos con el mismo nombre que siguieron una tradición por línea directa. No es prepotencia, sino practicidad. Ni siquiera sé si mi propuesta va a tener algún éxito, pues sé que a mi padre siempre se le reconocerá como José Ramírez III, quien dio un vuelco tan significativo en la historia de la guitarra.
Pero ahí lo dejo.
Artículo escrito por Amalia Ramírez.
