Os traemos un artículo redactado por nuestro amigo el musicólogo Xosé Crisanto Gándara Eiroa, donde nos habla de una de las anécdotas más conocidas de Guitarras Ramírez. Esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotros.
Su interior en las pantallas
El 14 de septiembre de 1964 se estrena en los cines Imperial, Benlliure y Fuencarral de Madrid la película Qué Noche la de Aquel Día. El acontecimiento congrega a una gran multitud de jóvenes que pueden ver por primera vez en en España a sus ídolos, y supone un auténtico espaldarazo a su fama en nuestro país. Aunque no pocos redactores y tipógrafos de la prensa madrileña de esos días nombran al conjunto de Liverpool con transcripciones equivocadas del nombre [los «Biter» o los «Batles»], el asunto resulta relevante en cuanto a la identificación de alguno de los instrumentos utilizados por el cuarteto.
En una de las secuencias de la película, los Beatles interpretan una balada, And I Love Her, con guitarra acústica, bajo, bongós y guitarra española. En un momento de la interpretación la cámara se detiene en esta última, enfocando el interior del cuerpo, lo que permite apreciar la etiqueta del instrumento: una imagen que pasaría a formar parte de la Historia de la Organología del Pop en las décadas siguientes.
Poca más de un mes antes, en el número del 8 de agosto de la revista Fonorama, aparece un artículo en el que su autor [que firma con el nombre de «Nines»] incluye una descripción y comentario de la película. En el párrafo final, nos explica:
Antes de despedirnos queremos resaltar un detalle que nos hizo mucha gracia. Todos los conjuntos españoles tienen la manía de copiar los instrumentos de los conjuntos famosos extranjeros, Beatles, Shadows, etc., y para tal fin se empiezan comprando los Kim so instrumentos, guitarras «Gibson» o «Fender», sí es posible una «greche», y como amplificadores Vox, Selmer, Gibson, etc., pero en ésta película vimos un detalle francamente muy bueno. George Harrison, punteador del grupo, se endosa una guitarra española, de la que pudimos ver perfectamente su interior en las pantallas, la marca era una «Rodríguez»* y estaba fabricada en Madrid, sí amigos, mucho imitar. Los extranjeros, pero todos pudieron ver los sonidos tan fabulosos que George le sacaba a una guitarra de nuestro mercado nacional, y otro punto no le preguntéis, si esto fuera posible, el precio que le habría costado en su país, el precio que él habría pagado por ella es muy superior al precio de cualquiera de las guitarras, eléctrica o no, de fabricación extranjera. Ello nos demuestra que también en España tenemos cosas muy buenas.
Independientemente de la dosis de orgullo patrio que manifiesta el autor, e independientemente de los errores tipográficos que contiene el texto (*en realidad la marca que se puede leer es Ramírez y no Rodríguez como cita el periodista), lo más reseñable de este delicioso párrafo es la mención a la marca de la guitarra española en manos de George Harrison, así como las alusiones al presunto precio «que le habría costado en su país», pues tanto lo uno como lo otro distan ciertamente de la realidad. Pero antes de abordar este extremo, conviene hacer entrar en escena a Ivor Mairants.
“Paul McCartney and Hank Marvin bought Ramírez flamenco guitars quite independently of one another to add an additional effect to their groups”
Ivor Mairants (1908-1998) fue un guitarrista polaco afincado en Londres con su familia desde 1913, que formó parte de diversos grupos musicales ingleses durante prácticamente toda su vida. Además de escribir varios métodos para guitarra, abrió el 1 de septiembre de 1962, en Oxford Street, su famoso The Ivor Mairants Music Centre, tienda de instrumentos de referencia en la capital británica, y en la que incluyó una amplia gama de guitarras Ramírez, convirtiéndose en el distribuidor oficial de la marca para el mercado británico. En 1980 publica su autobiografía, My Fifty Fretting Years, que constituye en realidad un más que excelente recorrido por la historia de la guitarra europea durante gran parte del s. XX, narrada desde el punto de vista de un intérprete y un conocedor de primera mano de todos los entresijos relacionados con la interpretación y construcción del instrumento en sus diferentes vertientes estilísticas.
En uno de los pasajes de esta autobiografía, Mairants nos proporciona un dato fundamental:
It [Ivor Mairants Music Centre, at the Oxford Street end of Rathbone Place, London] opened on 1 September 1962… The Beatles and The Shadows were then very strong and both Paul McCartney and Hank Marvin bought Ramírez flamenco guitars quite independently of one another to add an additional effect to their group.
Tenemos por tanto una guitarra Ramírez flamenca, en manos de Paul McCartney, y en fechas cercanas a la apertura del establecimiento de Mairants. De hecho, el 18 de julio de 1963, durante las sesiones de grabación para el segundo LP del grupo, With The Beatles, el cuarteto graba su versión de una canción de Meredith Willson para el musical de 1957 The Music Man. La canción es Till There Was You, e incluye la misma instrumentación que utilizarán siete meses más tarde para And I Love Her: guitarra acústica, bajo, bongós y guitarra española. El estilo es el de una balada con ritmo latino y con el uso de armonías de jazz, que incluye un brillante solo de George Harrison con la guitarra española.
Aunque se desconoce qué fue de ese ejemplar, lo que parece muy claro es el interés del cuarteto [fundamentalmente de Paul McCartney] por el uso de la guitarra española [junto a los bongós] en baladas románticas de este tipo, con un innegable sabor latino.
El interés de George Harrison por la guitarra española ya había quedado de manifiesto al menos desde febrero de 1963. En el número de New Musical Express del 15 de ese mes se incluye una entrevista al grupo donde manifiestan sus gustos y preferencias, en la línea de lo que era habitual en la época con las revistas juveniles de este tipo. La lista de preguntas incluye la respuesta individual de cada uno de ellos acerca de sus «Tastes in music», y mientras John, Paul o Ringo mencionan como sus gustos principales el rhythm-and-blues, el gospel, o el country-and-western, la respuesta de George Harrison no deja lugar a dudas: «Spanish guitar». De hecho, su interés por la guitarra española, y especialmente por la figura de Andrés Segovia, quedaría patente en diversas entrevistas posteriores. Esta circunstancia se pondrá de manifiesto no solo por la presencia de discos del guitarrista español en su colección particular, sino por el uso de técnicas y posturas propias de la guitarra española, perceptibles en diversas fotografías y grabaciones.
Y fue precisamente en España donde se gestó la adquisición de la Ramírez más famosa del mundo en el ámbito de la música pop.
Dear old Klaus
Fue durante la primera estancia de los Beatles en Hamburgo, entre el 17 de agosto y las primeras semanas de diciembre de 1960, cuando conocieron a Klaus Voormann. Voormann, joven estudiante berlinés en la Escuela de Arte de Hamburgo, solía acudir a los locales de la ciudad hanseática en los que actuaba el conjunto británico, con los que fraguó una fuerte amistad y que perduraría a lo largo de las décadas siguientes. Los padres de Voormann poseían un chalé en la localidad tinerfeña de Los Realejos, que solían utilizar para disfrutar de las vacaciones, y en la primavera de 1963, el joven Klaus es enviado por su padre al lugar para supervisar las obras de acondicionamiento de la casa, a la que se traslada acompañado por su amiga y antigua compañera de la Escuela de Arte de Hamburgo, la fotógrafa Astrid Kirchherr.
Es aquí donde entra en escena un personaje fundamental: Silvestre Álvarez Alemán. Silvestre era un estudiante de guitarra clásica que quería hacer carrera como intérprete. En esas fechas realizaba sus estudios en el conservatorio de Santa Cruz, y aprovechaba para impartir clases particulares de guitarra a jóvenes aprendices, entre los que se encontraba precisamente Klaus Voormann. En el archivo personal de Silvestre se conservan testimonios de gran interés sobre esta etapa, entre las que destacan algunas partituras utilizadas durante las clases, y que incluyen las que constituían el programa de estudios trabajando con Voormann.
Voormann utilizaba una guitarra Tatay para sus clases, aunque Silvestre le recordaba e insistía en que más tarde o más temprano tendría que hacerse con una Ramírez, si realmente su intención era la de dedicarse a la interpretación guitarrística.
En este contexto, se produce una visita inesperada a la isla. A principios de abril Voormann recibe una carta de Paul McCartney donde le manifiesta sus intenciones:
Dear Klaus, Hello – I wrote to Astrid for your address and she sent me the envelope – I think she’s angry with us, but then again she may not be. We thought that – as we’re going for a holiday on the 28th April we would all come out and see dear old Klaus in Tenerife, because we need the sun to keep us healthy… We’re doing fine here in England, our record is doing great (no. 3!!!) and we’ve just recorded an L.P. We’ll bring it when we come. Do you mind if we come up to your house for a bit? And we can see dear old Klaus again after many years. Anyway we’re all looking forward to coming to Tenerife and If you wtite back, I’ll be able to send you the time and days when we’ll be there. Ta-Ta- goodbye etc…. Paul
La historia es sobradamente conocida pues ya se ha relatado varías veces: Paul, George y Ringo llegaron a Tenerife el 28 de abril de 1963. Disfrutaron de la isla junto a Klaus y Astrid -se conservan una buena cantidad de fotos de la estancia, tomadas fundamentalmente por Astrid-, y la abandonaron el 9 de mayo, rumbo a Londres, donde se reunieron de nuevo con John para continuar su incipiente carrera musical al estrellato.
Naturalmente, Silvestre los conoció y trató durante esos días, y entre las muchas anécdotas que recuerda, la más relevante para la que nos ocupa es el enorme interés que tenía George Harrison por su técnica a la hora de tocar la guitarra. Le llamaba especialmente la atención la colocación del instrumento, y la utilización de los dedos de la mano derecha para ejecutar arpegios, rasgueados, etc. De hecho, del total de canciones de los Beatles en las que George Harrison utiliza esta guitarra -alrededor de quince-, son precisamente los arpegios de And I Love Her los que manifiestan la “inspiración” por el toque clásico de la guitarra española, una circunstancia que se confirma por algunas fotografías de esas fechas en las que el joven músico de Liverpool sostiene la guitarra apoyada en la pierna derecha, mientras practica los arpegios… en el más puro estilo clásico.
Pero es necesario ahora explicar el contexto de adquisición de la guitarra y cómo acabó en las manos de George Harrison.
Los instrumentos españoles siempre me han fascinado
Voormann abandona Tenerife en el verano de 1963, en dirección a su casa familiar en Berlín. El viaje se realizó con escala en Madrid, lo que le permitió pasar unas horas en la ciudad:
Zuvor musste ich aber noch für meinen Vater nach Teneriffa, um die Fertigstellung unseres Hauses dort zu beaufsichtigen. Als ich nach neun Monaten die kanarische Insel verließ, machte ich noch einen Abstecher nach Madrid, wo ich bei einem Bummel durch die schmalen Gassen der Altstadt einen Gitarrenbauer entdeckelte. Spanische Instrumente hatten mich immer schon fasziniert. Ich musste nicht lange überliegen und kaufte mir eine dieser schönen, handgearbeiteten Akustikgitarren.
(Pero antes, tuve que ir a Tenerife para que mi padre supervisara la finalización de nuestra casa allí. Cuando dejé las Islas Canarias después de nueve meses, me desvié a Madrid, donde descubrí un fabricante de guitarras mientras paseaba por las estrechas calles del casco antiguo. Los instrumentos españoles siempre me han fascinado. No tuve que esperar mucho y compré una de estas hermosas guitarras acústicas hechas a mano.)
Tal y como reveló en una entrevista personal a quien escribe este artículo, ese «Gitarrenbauer» era precisamente la guitarrería Ramírez, situada en esa época en Concepción Jerónima 2. Klaus había seguido los consejos de su maestro Silvestre, y ya tenía en sus manos una reluciente guitarra Ramirez.
En el archivo personal de Silvestre se conservan varias postales que Voormann le envió desde Berlín y Londres en los meses siguientes. En efecto, tras unos meses en Berlín, es invitado por George y Ringo al apartamento que estos compartían en Green Street 57, Londres, y allí se trasladará en el otoño de ese mismo año. En una de las postales enviadas desde Londres, y datada a 23 de marzo de 1964, le explica en un delicioso castellano:
Mi querido amigo Chicho, Yo escribo con felicidad en mi corazón porque yo soy seguro si tú tocas la guitarra todos los días. Tú debes escribir todo perfecto. Yo soy en Londres et tengo trabajo. Yo espero por mi licencia. Yo vivo juntos con los „BEATLES”. Es mui curiosso et bueno. Solamente hasta mi trabajo es seguro que no es necesario de hacer algún para ti en Londres? Yo puedo tocar el Sonata de Domenico Scarlatti. Adiós de Klaus.
En esas fechas de la primavera de 1964, en la época de la grabación del LP A hard day’s night [que conviene recordar que incluye la guitarra Ramírez en la canción And I Love Her], no solo Klaus está practicando una de las piezas que le había enseñado su maestro en Tenerife [la transcripción para guitarra de una de las sonatas de Scarlatti], sino que George Harrison puede ver -y escuchar- la interpretación de su amigo alemán en el piso de Green Street.
Pero es otra postal enviada por Klaus desde Londres a Tenerife, y datada a 8 de julio de 1964, la que nos proporciona el dato definitivo:
Mi querido amigo Chicho,
(…)No tengo una guitarra haora. He regalado ella a George de los «Beatles».
Hasta pronto una carta de ti, tu grande amigo Klaus.
La grabación de And I Love Her se realizó entre los días 25 y 26 de febrero de 1964 en los estudios de Abbey Road. Durante el primer día se hicieron dos tomas, ambas con la instrumentación habitual del cuarteto, batería, bajo y dos guitarras eléctricas. Fue durante la sesión del 26 de febrero cuando se realizaron las tomas en las que la batería es sustituida por los bongós, la guitarra eléctrica de John Lennon por una acústica, y la guitarra eléctrica de George Harrison por la Ramírez de Voormann. Recordemos que el 25 de febrero era precisamente el cumpleaños de George, de modo que resulta bastante tentadora la hipótesis de que ese día en concreto Klaus le regalase la Ramírez a su amigo, y que la estrenase precisamente durante la sesión de grabación del día siguiente. En cualquier caso, fuese como fuese, ese día quedaría marcado para la posteridad.
Instrumentos para rondalla
Las características organológicas de la guitarra constituyen igualmente un capítulo de interés. La etiqueta la identifica como un «instrumento para rondalla», que en la época servía para distinguir aquellas guitarras construidas por fábricas españolas externas, y que pasaban un proceso de revisión de calidad y ajuste antes de ponerles la etiqueta y venderlas en la tienda de Madrid a un precio más económico que las realizadas a mano en el taller de Ramírez.* (En este caso tiene la inscripción manuscrita a tinta «Fl 1 o CL1», que nos lleva a sospechar que fue un prototipo de una guitarra de Estudio Ramírez, además apoyado en que solo se conocen dos ejemplares. Cuando vamos a lanzar un nuevo modelo de Estudio realizamos dos prototipos similares que damos a probar a nuestros guitarristas para elegir el que más gusta, luego esos instrumentos se venden en oferta con otras etiquetas que no son las del modelo definitivo. Este punto lo estamos investigando con Xosé para obtener más datos). Los instrumentos con esta etiqueta de Rondalla, según la política establecida por la guitarrería, servirían para que estudiantes y aficionados pudiesen iniciarse con un instrumento de calidad antes de dar el salto a un ejemplar de la categoría superior.
En una colección privada se conserva un ejemplar idéntico, cuyo análisis nos ha permitido averiguar las características constructivas del instrumento. Se trata de una guitarra de plantilla “grande”, cuyas medidas son las siguientes:
- Tiro: 650 mm
- Lóbulo menor: 27 cms
- Cintura: 24 cms
- Lóbulo mayor: 37’5 cms
- Largo de la caja: 50’5 cms
- Ancho de aros: 6 cm
El puente tiene los bordes redondeados e incluye una chapa de nácar en la zona en la que se atan las cuerdas. El diapasón, con 19 trastes, presenta una prolongación para las tres primeras cuerdas, que permite añadir un traste más. El abanico es de once varetas, lo que explica que el grosor de la tapa sea muy fino. En cuanto a las maderas, abeto para la tapa, cedro para mástil y cabeza, y palosanto para el diapasón.
En definitiva, un ejemplar que sigue fielmente la tradición constructiva de la guitarrería española, y con unos rasgos singulares en lo que atañe al número de varetas del abanico, la prolongación del diapasón para las tres primeras cuerdas, o incluso el tamaño de la plantilla.
Yellow Submarine
En el Hard Rock Café Uyeno-Eki, de Tokio, se conserva una guitarra Ramírez con una placa en la que se menciona que fue regalada por George Harrison a Mary Hopkins en 1968. Naturalmente, esta circunstancia hizo que se activasen los dispositivos necesarios para poner en marcha una investigación que condujese a reproducir, del modo más aproximado posible, el contexto relacionado con este instrumento.
Mary Hopkins era una joven cantante galesa de 18 años que, en 1968, había sido llamada por Paul McCartney para que este le produjese su primer disco en los estudios Apple, fundados por los Beatles aquel mismo año. Tal y como le mencionó Jessica Morgan, la hija de Mary Hopkins, al autor de este artículo en una entrevista, fue durante una de esas sesiones en los estudios Apple cuando George Harrison le comentó a Mary que necesitaba una guitarra de buena calidad. George salió del estudio y volvió al poco tiempo con la Ramírez para regalársela allí mismo a Mary.
Según las propias palabras de la joven galesa, le pareció un regalo enormemente generoso. Además, recordaba que fue el mismo día del estreno de la película Yellow Submarine, por tanto, el 17 de julio de aquel año.
Desde el Hard Rock Café de Tokio se recibió una foto de la etiqueta de la guitarra en la que se aprecia el número de serie, el año de construcción, y la clasificación de calidad: se trata de una guitarra hecha a mano, con tapa de cedro y fabricada en 1967. Gracias a estos datos fue posible averiguar que la guitarra se envió al distribuidor de Ramírez en Londres por aquellas fechas, Ivor Mairants, el 31 de agosto de 1967.
Según Jessica, Mary utilizó la guitarra durante varios años a lo largo de su carrera profesional. En 1997 decidió ponerla a la venta y fue subastada en la casa Bonhams el 15 de mayo de ese año, momento en que la adquirió la empresa que gestiona los Hard Rock Café. Según Jessica, a su madre le gustaría que algún día alguien pudiese tocarla de nuevo, una forma de mantener vivo el recuerdo de George Harrison y el espíritu de otra importante guitarra Ramírez relacionada con los Beatles.
Ramírez GH, The Beatles rock band y The George Harrison Guitar Collection
En el siglo XXI la Ramírez de George Harrison también ha protagonizado sus propios capítulos. Tal y como relata Amalia Ramírez, en torno a 2003, el distribuidor para Japón de Ramírez, le solicitó si sería posible construir una reedición de la Ramírez de George Harrison, dada la demanda que existía en el país nipón por los instrumentos utilizados por los Beatles. Es así como nació la guitarra de estudio Ramirez GH.
También en las nuevas tecnologías la guitarra ha encontrado su propio nicho de consumo. Por un lado, el videojuego de música The Beatles Rock Band, desarrollado por Harmonix Music Systems, publicado por MTV Games, y distribuido por Electronic Arts, de septiembre de 2009. Los jugadores pueden “tocar” las canciones de los Beatles en un entorno similar a los de su creación original, con imágenes de los instrumentos utilizados por el conjunto de Liverpool, entre los cuales aparece la Ramírez. Por otro, la aplicación The George Harrison Guitar Collection, desarrollada para iPad a instancias del hijo de George Harrison, Dhani. En esta aplicación, se recogen unas cuantas guitarras de la colección del músico de Liverpool, con su historia, imágenes, características, etc., a partir de los originales que se conservan en su mansión de Friar’s Park.
A modo de epílogo
Este relato dista aún de estar completo, y sin duda nuevos y relevantes hallazgos contribuirán a desarrollarlo en el futuro. Pero no quisiera terminar sin manifestar mi mayor agradecimiento para todos aquellos que me han ayudado con esta investigación, de modo muy especial a Silvestre Álvarez Alemán, Fermín Hernández González, Amalia Ramírez, Cristina Ramírez Sanginés y Klaus Voormann.
¡Gracias por permitirme formar parte de esta fascinante historia!
Artículo escrito por: Xosé Crisanto Gándara Eiroa, Conservatorio Superior de Música da Coruña.
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
- Archivo privado de Silvestre Álvarez Alemán, Puerto de la Cruz, Tenerife.
- Hemeroteca digital, BNE.
- Biblioteca Virtual de Prensa Histórica.
- González Lemus, Nicolás. The Beatles en Tenerife. La Laguna: Nivaria Ediciones, 2010.
- Kirchherr, Astrid y Max Scheller. Yesterday. The Beatles Once Upon A Time. Londres: Plexus, 2007.
- “Life-lines of The Beatles.” New Musical Express 841 (1963): 9.
- Mairants, Ivor. My fifty fretting years. Newcastle: Ashley Mark, 1980.
- Voormann, Klaus. »Warum spielst du Imagine nicht auf dem weißen Klavier, John«. Múnich: Wilhelm Heyne Verlag, 2003.