Hace unos meses, Cristina Ramírez Sanginés me pidió amablemente que elaborara un pequeño escrito sobre cómo descubrí la existencia de su antepasado Antonio Ramírez de Galarreta Planell, un hermano de José y de Manuel, que, al igual que sus hermanos, también ejerció como guitarrero, al menos en la ciudad de Logroño. Como es natural, acepté con gusto elaborar dicho escrito, aunque he tardado un poco más del tiempo previsto en hacerlo.

En los primeros días en que me puse a redactarlo, lo primero que me di cuenta es que mi relación con las guitarras Ramírez venía de mucho tiempo atrás. Ni más ni menos que de cuando se inició mi afición por la guitarra.

Mi afición por las guitarras vino de una guitarra «José Ramírez»

Corría en Viveiro (Lugo) el verano de 1978. Hacía años que mi familia no veraneaba allí y tuve la suerte de conocer nuevos amigos. Uno de ellos, Javier, traía y llevaba una guitarra “José Ramírez” que pertenecía a su padre, el prestigioso neuroradiólogo radicado en Madrid, Manuel Trujillo. Fue la primera guitarra que tuve entre mis brazos y la primera que llegué a pulsar toscamente.

Ahora, que ha pasado tanto tiempo, escribiendo estas líneas, se me ocurre pensar sobre qué clase de hechizo mágico, además de sus cualidades como instrumento, debía desprender aquella guitarra, que hizo brotar en mí una afición y una pasión por la guitarra que con el tiempo no ha hecho más que aumentar… en aquella guitarra Ramírez, estoy ahora convencido que había algo más que finas maderas y arte constructivo…

Tiempo después, como originario y residente en Logroño, se cruzó en mi camino allá por el año 1989, la figura, entonces olvidada, del guitarrista logroñés Francisco Calleja (1891-1950), sobre quien, desde entonces, llevo investigando y recuperando su vida y obra, al principio junto al guitarrista Marcos Felip Molins y, desde 1995, junto al guitarrista Carlos Blanco Ruiz.

El inicio de la investigación

Fue investigando la vida de Francisco Calleja cuando volvieron a aparecer las guitarras Ramírez en mi vida. ¡Cuánto tengo que agradecer a la digitalización de prensa antigua y a Internet los avances de mis indagaciones sobre Calleja y sobre el resto de temas guitarrísticos que me han interesado!

Curiosamente fueron cronistas de la prensa de Cartagena los únicos que repararon en el instrumento que tocaba Calleja, y los que me llevaron a deducir que interpretaba con una Manuel Ramírez de siete cuerdas. Un cronista decía textualmente en 1930: “¡Y qué concierto! del sonoro instrumento que fabricó Ramírez, caja armoniosa de finas maderas, donde vibran como en arpa eólica las siete saetas del cordejo”. Y otro decía esto en 1933: “Su guitarra (una guitarra de siete cuerdas solamente pulsada por Calleja y Segovia)”. (Recordemos que en aquellos años la guitarra que empleaba Andrés Segovia era una Manuel Ramírez).

Esta deducción se confirmó años después cuando a finales de octubre de 2012, el musicólogo uruguayo Alfredo Escande me informó que existía una guitarra que perteneció a Francisco Calleja entre las posesiones del, en aquel momento recientemente fallecido, guitarrista uruguayo Rafael Sánchez Claggett. Días después me detalló que se trataba de una guitarra Manuel Ramírez de 1911, que en un principio tenía siete cuerdas pero que en la década de 1960 fue transformada en seis cuerdas por un guitarrero de Montevideo. Alfredo me facilitó el poder ponerme en contacto con el poseedor de la guitarra en aquellos momentos, Rafael Esponda, quien me envió fotografías del instrumento.

La primera vez que me puse en contacto vía email con Cristina Ramírez fue por esta cuestión, en noviembre de 2012. Le hice envío de las fotografías de la guitarra Manuel Ramírez que perteneció a Francisco Calleja, contándole también la historia del guitarrista, por si podía confirmar que la guitarra fuera una Manuel Ramírez y podía aportarme alguna otra información sobre dicho instrumento. Cristina no albergó dudas de que la guitarra fuera una Manuel Ramírez.

No habían pasado dos meses cuando mi amigo Carlos Blanco Ruiz adquirió la guitarra de su poseedor en Montevideo y esta volvió a cruzar el Atlántico, desde la capital uruguaya a Logroño. Con ella, Carlos ofrecería su recital con obras de Francisco Calleja en las Tertulias de la Guitarrería Ramírez el 17 de Enero de 2014.

La tradición y afición de Logroño por los instrumentos de pulso y púa

Investigar sobre Francisco Calleja me hizo darme cuenta que no se había investigado nada sobre el pasado guitarrístico de la ciudad de Logroño, una ciudad en la que históricamente ha existido una tradición y una afición enormes por los instrumentos de pulso y púa. Descubriendo a los intérpretes primero, vino después descubrir a aquellos que les construían los instrumentos. Los guitarreros que eficientemente ejercieron su labor durante el siglo XIX en Logroño, se preocuparon de construir buenas bandurrias y buenas guitarras.

De Logroño salió Benito Campo para asentarse en Madrid regentando la guitarrería de los Muñoa, llegando a ser un buen amigo de Dionisio Aguado, y en Logroño construyeron guitarras Cosme García (que luego inventaría el submarino), Eustaquio Torralba (una de cuyas guitarras de 1863 es mencionada por José Luis Romanillos), Mariano Zorzano (de quien la familia Ramírez conserva una de sus guitarras en su colección), Ezequiel Jubera (yerno del anterior, quien se hizo cargo de la guitarrería de Logroño cuando su suegro, Mariano Zorzano, marchó a Madrid para establecer guitarrería en la calle Tudescos), Pedro Antonio Ramírez o José María Zubía entre otros.

¿Cómo localicé la figura de Antonio Ramírez?

Gracias a Internet, para variar. Un día de noviembre de 2013 se me ocurrió poner en el buscador de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, en el Boletín Oficial de la Provincia de Logroño, la palabra “guitarrero” porque estaba investigando la figura del guitarrero riojano Mariano Zorzano, y hete aquí, que en un censo electoral de Logroño de 1890, aparecía “Antonio Ramírez de Galarreta. Guitarrero”.

Boletín Oficial de la Provincia de Logroño

1890-10-24 Boletín Oficial de la provincia de Logroño pg 15

Leer el apellido Ramírez y la palabra guitarrero juntas me hizo pensar inmediatamente en los guitarreros madrileños. Picado por la curiosidad, busqué en Internet a José y Manuel Ramírez, pensando que estaría bueno que se apellidaran Ramírez de Galarreta, pero sin llegar a creerme que esto fuera a ser así. La sorpresa fue mayúscula cuando, en algún lugar de Internet, vi que los famosos guitarreros efectivamente figuraban como ¡Ramírez de Galarreta!

En cuanto pude, me acerqué al Archivo del Ayuntamiento de Logroño a consultar el Padrón de 1889 y tras revisar hojas y hojas, ¡allí apareció! En la hoja 2688, en la casa número 59 de la Calle Mayor, figuraba como cabeza de familia Antonio Ramírez de Galarreta y Planells, nacido en Calatayud el 23 de noviembre de 1860, de 28 años, casado con la riojana Felipa Alcalde, de profesión guitarrero, con dos años de residencia en Logroño, pagando una contribución de 110 reales al año.

Fue una sensación enormemente satisfactoria y maravillosa de incredulidad, ¡acababa de descubrir a un hermano de José y de Manuel Ramírez que había ejercido de guitarrero en Logroño! ¡Casi nada! De inmediato volví a ponerme en contacto con Cristina Ramírez vía email para contarle mis descubrimientos de aquellos días, que por lo que me comentó Cristina en su respuesta, llenaron de regocijo a todos los miembros de la familia Ramírez, por la aparición de un nuevo hermano también guitarrero.

Pero la cosa no quedaba solo ahí porque fruto de pasar hojas y hojas de los tomos del Padrón logroñés de 1889, encontré en la hoja 1403, residiendo en el primer piso de la casa número 9 del Muro, a Domingo Ramírez de Galarreta, nacido el 3 de Septiembre de 1814 en Salvatierra (Álava), de 75 años de edad, de profesión carpintero, con dos años de residencia en Logroño, casado con Josefa Planells, nacida el 13 de Abril de 1831 en Granada, de 58 años de edad. Como asistenta figuraba en el mismo domicilio Josefa Pérez Lázaro, de Alhama (Zaragoza), de 39 años de edad.

De la lectura de estas hojas de Padrón se deduce que tanto Antonio como sus padres Domingo y Josefa, llegaron a Logroño mediado 1887. Es posible que en un principio los tres vivieran en el mismo domicilio y que cuando Antonio se casó con Felipa, pasara a residir en otro domicilio.

Josefa Planells y Canela

Ambas hojas del Padrón aparecen firmadas el 15 de Mayo de 1889. Y digo esto porque el 31 de Mayo de 1889 falleció Josefa Planells.

En el Libro 8º de Finados de la iglesia de Santa María de la Redonda, figura la inscripción nº 105 que dice así:

Josefa Plané y Canela.

En la ciudad de Logroño, a primero de Junio de mil ochocientos ochenta y nueve, yo D. José María García Escudero, Dignidad de Abad de la Insigne Iglesia Colegial y Cura propio de Santa María de la Redonda de la misma, mandé dar sepultura eclesiástica en el Cementerio Público, al cadáver de Doña Josefa Plané y Canela, que falleció el día anterior a los cincuenta y ocho años de edad a consecuencia de cáncer uterino según declaración facultativa; era natural de Granada, hija legítima de don Manuel y doña Manuela, naturales el primero de Valencia y la segunda de Granada y estaba casada con Don Domingo Ramírez, natural de Salvatierra provincia de Álava de quien deja tres hijos llamados José, Manuel y Antonio. Testó ante el notario Don Federico de Latorre. Recibió los Santos Sacramentos de Penitencia y Viático y demás auxilios espirituales y se le hizo entierro de alma, en fe de lo que lo firmo…

La hipótesis de mi investigación

Sobre el hecho de que estos miembros de la familia Ramírez llegaran a Logroño mediado el año 1887, puedo plantear la siguiente hipótesis: En 1887, en Logroño, ejercía como guitarrero Ezequiel Jubera, el yerno del guitarrero Mariano Zorzano. No se puede afirmar que fuera el único guitarrero de la ciudad. En acta de la sesión del Ayuntamiento logroñés de 8 de octubre de aquel año se refleja la despedida de vecindad que presenta Ezequiel, quien probablemente se trasladó a Madrid a ayudar a su suegro en la guitarrería de la calle Tudescos. En Junio de 1887 había fallecido el guitarrista y compositor Vicente Zorzano, hijo de Mariano, lo que indudablemente afectaría a su padre, quien se habría quedado solo y tendría dificultades para realizar su trabajo, por lo que Ezequiel Jubera acudiría en ayuda de su suegro. Mariano fallecería en 1889 y sería Ezequiel quien regentaría la guitarrería de la madrileña calle Tudescos hasta finales de siglo.

Por lo tanto, con la marcha de Ezequiel, Logroño se quedaba sin un guitarrero, si no, sin guitarrero alguno, lo que hacía necesario cubrir dicha carencia. Los Ramírez, de alguna manera pudieron tener noticia de la falta de guitarrero en Logroño y se trasladaron allí para que Antonio ejerciera dicho oficio en la ciudad. La coincidencia de fechas me hace sugerir esta hipótesis y que la llegada de los Ramírez a Logroño no fue fruto del azar.

Volviendo a Pedro Antonio Ramírez de Galarreta Planell

Pedro Antonio Ramírez de Galarreta Planell contrajo matrimonio en Logroño en Mayo de 1888 con la riojana Felipa Alcalde Zapata. En el acta matrimonial se dice que Pedro Antonio residía en la calle de Soria nº 12 y Felipa en la calle Mayor nº 59. En esta última casa pasarían a residir los recién casados. Se puede aventurar que Antonio y sus padres Domingo y Josefa, desde su llegada a Logroño en 1887, residieran en la mencionada calle de Soria nº 12.

Pude localizar el nacimiento de una hija de Antonio y Felipa en Logroño en enero de 1896. En el Libro 19 de Bautizados de la iglesia de Santa María de la Redonda, con la inscripción nº 301 figura:

Josefa Ramírez Alcalde

En la ciudad de Logroño a catorce de Febrero de mil ochocientos noventa y seis, el presbítero don Miguel Martínez con licencia expresa que le concedí yo, don José María García Escudero, Abad de la Insigne Iglesia Colegial y Cura propio de Santa María de la Redonda de la misma, bautizó solemnemente con arreglo al Ritual Romano una niña que, según declaración de su padre, nació a las dos de la mañana del día treinta y uno de Enero último y le puso por nombre Josefa; es hija legítima de Antonio Ramírez natural de Calatayud, provincia de Zaragoza y de Felipa Alcalde que lo es de El Villar de Arnedo; abuelos paternos Domingo Ramírez y Josefa Plané, naturales respectivamente de Salvatierra provincia de Álava, y de Granada, y maternos Emeterio Alcalde y Luisa Zapata, ambos naturales del dicho Villar, fueron padrinos y testigos presenciales Juan García y Marcelina Alcalde, de la misma naturaleza, a quienes advertí el parentesco y obligaciones contraídas, en fe de lo cual lo firmamos fecha ut supra…

Así que se puede decir que Antonio Ramírez residió en Logroño desde mediados de 1887 hasta al menos 1896, tiempo durante el que hay que suponer que ejercería su profesión de guitarrero en la ciudad. Un año después parece que se encontraba en Funes (Navarra), pues en el Registro Civil de dicha población se inscribe el nacimiento de otra hija, llamada también Josefa Ramírez Alcalde, el día 3 de Marzo de 1897. Hay que suponer pues, por la coincidencia en el nombre, que la anterior hija habría fallecido entre el 15 de Febrero de 1896 y el 3 de Marzo de 1897.

¿Pudo tener algo que ver la presencia de Antonio en Logroño hasta casi 1897, con que José Ramírez presentara guitarras en la Exposición Regional de Logroño, celebrada en septiembre de 1897, donde consiguió la Medalla de Oro?

Y de nuevo… ¡Internet!

Y este relato podría haber acabado aquí, si no fuera, nuevamente, por Internet. 

A primeros de noviembre de 2014 se me ocurrió buscar en Google el nombre “Josefa Ramírez Alcalde” y allí apareció una esquela de 1941. El finado era Juan Utrera Rosado. Figuraba Josefa Ramírez Alcalde como su desconsolada esposa. Hija Juana. Hijo político Ramón Virallé y nieta… María Isabel. Desconocía si esta Josefa y la hija de Antonio Ramírez serían la misma persona, pero tenía el nombre completo de una nieta que podía estar viva: María Isabel Virallé Utrera.

En el buscador de Google me apareció un número de teléfono asociado a dicho nombre. Ni corto ni perezoso llamé.

Recuerdo perfectamente aquella conversación. La voz agradable y acogedora que atendió mi llamada, la de la propia Mabel, una vez oído el motivo de mi llamada, me confirmó que efectivamente ella era bisnieta de Antonio Ramírez de Galarreta Planell, que estaba asombrada de ser familia de los guitarreros Ramírez y que además no residía muy lejos de la guitarrería. Estaba encantada con la historia que le contaba y me facilitó datos que yo no conocía sobre su bisabuelo.

Me dio permiso para facilitar su teléfono a la otra parte de la familia Ramírez. A continuación me puse en contacto con Cristina Ramírez, a quien le conté mi último descubrimiento y tan asombrada como Mabel, me dijo que estarían encantadas tanto ella como Amalia en conocer a su “prima”. Sé que ese contacto se produjo.

Una historia con un final feliz que para mí ha sido un orgullo y un honor el haber propiciado. Una historia que no sé qué clase de magia ha llegado a forjarla, pero que pudo iniciarse el día en que unas torpes manos abrazaron una guitarra Ramírez.

Para Cristina, Amalia, Mabel Y José Enrique, con mucho cariño.

José Juan Fernández Moral. Logroño 13 de Octubre de 2019.

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