El jueves 19 de octubre tuve el placer de cenar con Carlos Bonell, Juan Grecos, con el Dúo Na-Mara -Paul McNamara y Roberto García- David Berry, Laura Rossi (Schott), María Torre, Cristina Martín y Pablo de la Cruz.
Así dio inicio para nosotros la XXXVII edición del Festival Internacional Andrés Segovia en colaboración con la UNED.
La participación de Guitarras Ramírez en el XXXVII Festival Andrés Segovia
Al día siguiente di una charla sobre la guitarra de Manuel Ramírez que le regaló a Andrés Segovia y que se encuentra expuesta en el Metropolitan Museum de Nueva York y, aunque fue una charla muy breve, pude contar un poco acerca del papel del maestro en un taller artesano quien es el responsable de sus investigaciones, de la elaboración de sus plantillas, de la enseñanza transmitida a sus discípulos y oficiales, entre otras cosas y, finalmente, el responsable, para bien y para mal, de las guitarras que salen de su taller.
Sobre esto podréis leer más extensamente en otro de mis artículos publicados en el blog: “La obra del maestro”, “Homenaje a la figura del maestro” o “La estructura de nuestro taller” entre otros.
Terminada la charla, Adrián Baratech interpretó dos piezas de las que tocó Andrés Segovia en su legendario concierto del Ateneo de Marid en 1913, con la copia número 0 de la guitarra de Manuel Ramírez que le había regalado unos días antes.
Terminé leyendo una anécdota contada por Andrés Segovia en su biografía, por él revisada y autorizada, escrita por Alberto López Poveda, Vida y Obra.
La anécdota se refiere a su experiencia días después de su concierto en el Ateneo, cuando Segovia creía que había sido un fracaso y, temiendo que Manuel quisiera recuperar la guitarra que le regaló, decidió no ir a su taller.
Pero como pasados los días, Manuel no recibió ninguna noticia suya, le mandó llamar. Así que Segovia, temeroso y algo avergonzado, asistió a su llamada, para escuchar las siguientes palabras de Manuel:
“(…) ¡Qué pujanza! ¡Qué apasionamiento! Me conmovió sentir cómo se transformaban en bella música las cuatro tablas que yo había juntado, y nunca estuve tan ufano del resultado milagroso de mi trabajo. Al ver en entusiasmo del público, tuve ganas de gritar: Dirijan algunas palmas hacia este lado, que también tengo derecho a participar un poquitín del éxito; si no fuera por mí, de seguro que os costaría más trabajo escuchar a este joven artista y no os parecería la música tan clara y bien cantada.” ·
Actuaciones de notables artistas con una guitarra Ramírez
También asistí al concierto, como siempre magistral, de Carlos Bonell quien, con esa exquisitez, elegancia y delicadeza suyas, nos mantuvo a todos suspendidos en un tiempo sin tiempo, y terminó haciendo que toda la audiencia se levantara en una ovación emocionada y agradecida.
Asimismo, tuve el inmenso placer de escuchar al dúo Na-Mara que, abriendo una nueva dimensión en la música de guitarra tradicionalmente implicada en el Festival Andrés Segovia, hechizó al público levantándonos de nuestras sillas para expresar nuestra gratitud por regalarnos una sesión inolvidable con su excelente interpretación de canciones tradicionales inglesas y escocesas.
Y, por último, disfruté con el original y precioso concierto de Ciro Carbone, de piezas de música tradicional italiana adaptadas por él a la guitarra.
Me honra que estos artistas a quienes aquí menciono tocaron guitarras construidas en nuestro taller, y las convirtieron una vez más en canales mediante los cuales pudieron expresar con maestría su arte y su talento.
Después del dúo Na-Mara, Simone Onnis cerró el programa del día con obras de Domeniconi, Tárrega y Gitanerías Árabes con una ejecución poderosa y notable que nos dejó con ganas de más.
En definitiva, un Festival de altura con primeras figuras del mundo de la guitarra y sorprendiéndonos con novedades inesperadas que nos hicieron disfrutar con su calidad y excelencia.
Amalia Ramírez
Madrid, 29 de octubre de 2023
Andrés Segovia, Vida y Obra, tomo 1, página 94, “Manuel Ramírez eleva su espíritu”
